Panamá, 19 de mayo de 2020. Desde que se tomaron las medidas sanitarias por la pandemia del Covid-19 en marzo pasado, el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) ha seguido levantando expedientes de casos sociales, reparando casas afectadas por contingencias y entregando hogares.

En Bocas del Toro, se han levantado tres expedientes que están en trámites: uno para mejoras y dos para construcción de residencias completas, como Matilde Castillo, madre de cinco hijos, de los cuales cuatro sufren parálisis cerebral, y junto a su esposo viven alquilados en Guabito.
Según un informe social, otras 25 familias de trabajadores bananeros del corregimiento de Finca 60, en el distrito de Changuinola, han sido captadas para ayuda habitacional.

En Los Santos, se han atendido 14 nuevos casos, captando a familias con miembros con discapacidad y extrema pobreza en Guararé; en los corregimientos de Llano de Piedras y El Corozal, en Macaracas; Los Olivos en Los Santos y La Tiza en Las Tablas. Además en Guararé se evaluó al octogenario Porfirio Vega, quien vive en condiciones deplorables.

En Herrera, el personal retomó la construcción de tres viviendas en los distritos de Los Pozos y Ocú que estaba suspendida debido a la pandemia, donde se beneficia a una familia pobre; a Domingo Mendoza, un señor de 93 años, quien tiene una discapacidad física en una de sus piernas; y Luis Pimentel, de 44 años, que tiene un hijo de siete años con una discapacidad conocida como el síndrome de morquio.

En el corregimiento de Chilibre, en la provincia de Panamá, se reubicó a Olga Fuentes y sus seis hijos menores, de un improvisado taller en una zona de riesgo a una vivienda nueva; y se captó a una pareja de adultos con problemas de salud en una casita improvisada, forrada con lona cerca del río Juan Díaz.

En la altiva provincia, en el distrito de Barú, se han brindado dos residencias: en el corregimiento de Puerto Armuelles para Ana Luz Acosta, quien vivía alquilada con su esposo y tres hijos, una de las niñas padece de laringomalacia (respiración ruidosa); y en el corregimiento de Baco, por razones humanitarias, a Ernesto Castillo, su esposa y diez hijos, para que dejaran el hacinamiento en unas viejas estructuras.

Y más recientemente, la ministra Inés Samudio entregó las llaves de 148 casas en Barú, Alanje, Boquerón y David, para personas evaluadas con pobreza como la adulta mayor Miriam Martínez, quien padece de artritis crónica, insuficiencia vascular, entre otras afecciones de salud y su madre Clotilde Olmos, una mujer casi centenaria en la comunidad de San Bartolo, en Puerto Armuelles.
En Panamá Oeste, se construirá el hogar para Carol Mendoza, de 25 años, su esposo y sus tres hijos menores, quienes quedaron damnificados tras caerle un árbol encima a su morada en San Carlos.

Por contingencia, se evaluaron a tres familias de Nueva Gorgona en Chame, que se inundaron, para construirles sus casas; se repara la vivienda de Ana Ortega, afectada por el colapso de un muro en Cerro Silvestre de Arraiján; y por voladura de techo se repara la casa de la familia de Facundo Tuñón en Villa Rosario de Capira y se le construye una residencia a la pareja Falcón Vargas en Barrio Balboa de La Chorrera.

En Veraguas, se brindará ayuda habitacional a Vicente Duarte, quien junto a su esposa y sus tres hijos menores, lo perdieron todo, luego que un incendio consumió en su totalidad su casa levantada con paredes de madera y techo de pencas en Soná.

En Colón, se han levantado evaluaciones para la construcción de 8 viviendas en las comunidades de San Juan, Costa Abajo, Buena Vista y Salamanca a familias con personas con discapacidad y en extrema pobreza; además se captó en Nuevo San Juan a Luciano Cáceres, un viudo de 38 años con seis hijos y en pobreza.

La ministra indicó que cuando concluyan las medidas restrictivas del Estado de Emergencia Nacional por el Covid-19 se volverá con la normalidad de construcción masiva de mejoras habitacionales y viviendas de interés social en el país.