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Plan de Desarrollo Urbano de las Areas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico/ VOLUMEN III
 
PLAN DE ACCION LOCAL  

2.0 ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La ciudad de Colón posee una historia mucho más reciente que la de Panamá, pero no menos pintoresca. Fundado en 1852 como Navy Bay (y rebautizada Aspinwall antes de llegar a ser Colón en 1890), este asentamiento fue una de las consecuencias de la construcción del ferrocarril transístmico. A mediados del siglo XIX, el ferrocarril se encontraba en plena construcción, aspirando a reemplazar al viejo Camino de Cruces en sus funciones de transportar carga y pasajeros de un extremo al otro de la ruta transoceánica. El plan original era mantener terminales en Panamá y Portobelo. No obstante, una ola de especulación con los precios de la tierra en Portobelo ocasionó la modificación de este esquema, debiendo buscarse otra localidad (menos costosa) para concluir la ruta ferrocarrilera en la costa atlántica.

Así, los norteamericanos escogieron las ciénagas de la Isla de Manzanillo y, utilizando como modelo el plano reticulado de la ciudad de Filadelfia, crearon Navy Bay para suplir las necesidades de las trabajadores ferrocarrileros, los empleados de la compañía y los viajeros en ruta a California. Es decir, en principio Colón surgió como un simple sitio de hospedaje, pero planificado con miras a convertirse en una ciudad dinámica y multifacética. Sin embargo, la desecación de las ciénagas indujo impactos ambientales significativos sobre el entorno natural.

Durante los siguientes 30 años, Colón fue extendiéndose sobre tierras robadas al manglar, desarrollándose como centro urbano pese a las malsanas condiciones físicas que imperaban. La destrucción del valioso ecosistema de manglar perpetuó los continuos impactos ambientales al medio natural. En la década de 1880, particularmente, los franceses levantaron numerosos barrios residenciales para albergar a los trabajadores de la luego fracasada Compañía del Canal, empezando a consolidarse el carácter (y el aspecto) multicultural de la ciudad.

En 1885, tres sucesivos desastres ocasionaron la ruina casi total de Colón, impulsando olas de actividad urbanizadora. El primero fue la denominada “Revuelta de Prestán” (marzo de 1885), que, en manifestación de desafío contra el gobierno colombiano, destruyó la ciudad prendiendo fuego a sus edificios. Pocas edificaciones quedaron en pie, pero la reconstrucción se inició casi de inmediato. Mientras este esfuerzo continuaba, en septiembre de ese mismo año un terremoto de relativa magnitud allanó el perfil de la ciudad. Para completar este ciclo de infortunio, ese diciembre una galerna arrasó con el litoral marino de la ciudad, destruyendo lo poco que quedaba en pie. Como resultado de estos eventos, la mayoría de los edificios históricos que aún existen en la Avenida del Frente datan de después de 1886, cuando Colón emprendió la tarea de reconstrucción por tercera vez en menos de un año.

Luego de la construcción del Canal de Panamá, el impacto del establecimiento de la llamada Zona del Canal tuvo efectos acaso más devastadores en el desarrollo urbano de la ciudad de Colón que en el caso de la ciudad de Panamá. Si bien es cierto que esta obra originó un impulso en el crecimiento y conllevó grandes mejoras infraestructurales y de saneamiento, el proceso natural de urbanización resultó distorsionado casi de inmediato, al alcanzarse los límites de potencial expansión de la ciudad propiamente dicha en la mencionada Zona del Canal.Al final de la Segunda Guerra Mundial, la Zona Libre de Comercio se estableció para combatir los efectos de la poca diversificación de la economía local, pero sus beneficios no se han hecho sentir significativamente en la población en general.

Entre 1940 y 1960, la ciudad de Colón siguió creciendo lo suficiente como para necesitar un área adicional de expansión, que la isla no ofrecía. El crecimiento entonces fue a ubicarse en los poblados de Cativá y Sabanitas, sobre la vía Transístmica, así como en Puerto Pilón, en el camino a Portobelo. Entre 1960 y 1970, la población de la isla de Manzanillo llegó a alcanzar 67,695 personas, contra 11,353 habitantes, que aún carecían de los servicios comunitarios elementales, en las áreas suburbanas. Hacia el final de la década se inicia un proceso de emigración desde Colón, en donde muy pronto se habían hecho sentir los efectos negativos de la nueva estructura económica. La mancha urbana del área metropolitana de Colón crece apenas muy ligeramente en el sector suburbano y sólo la Zona Libre expande su área de influencia, en dirección del sector (en aquel entonces por revertir) de France Field. Entre 1980 y 1990, la población del área metropolitana de Panamá casi alcanza el millón de personas. Por el contrario, la población de Colón desciende a medida que las condiciones de vida en la ciudad se deterioran progresivamente, al punto de que para 1991, aquella había disminuido a unos 57,000 habitantes.

Los serios problemas de infraestructura y de vivienda que aquejan a la ciudad se van haciendo más evidentes con el correr del tiempo, cada vez que grupos de pobladores deben ser desalojados con motivo de la inhabilitación (por razones de destrucción súbita o deterioro natural) de sus moradas. A la vez, este proceso resulta en una aceleración de la ocupación no planificada de las áreas ya revertidas del corregimiento de Cristóbal, bajo la manifestación de “invasiones” sobre el corredor entre Cativá y la isla misma. El proceso del deterioro ambiental asociado con el crecimiento urbano también se manifestó en las condiciones de deficiencias en el saneamiento básico, aumento en la degradación ambiental y déficit de zonas verdes y recreativas.

Con la reversión de las tierras de la antigua Zona del Canal, las propuestas de los Planes General y Metropolitano, las políticas económicas del Estado y las iniciativas privadas, se presenta una oportunidad sin precedentes para cambiar radicalmente el panorama del área metropolitana de Colón. Específicamente para la ciudad de Colón, el Plan Metropolitano propone que al año 2020 deben existir 55,728 empleos (Ver el Informe de los Escenarios de Desarrollo Urbano, Volumen III). Pese a esfuerzos previos, que se han traducido en estudios y propuestas tales como el Plan Maestro para la Isla de Manzanillo (MIVI 1992), el Marco Físico para el Desarrollo Urbano de la Ciudad de Colón (MIPPE 1979) o la Planificación de las Áreas Revertidas al Municipio de Colón (Inst. Brasileiro de Administración Municipal 1987) la ciudad de Colón y su área de influencia han desempeñado por mucho tiempo un papel de cenicienta en el marco de las políticas estatales de desarrollo.

Hoy, un esfuerzo conjunto y sostenido del sector público y el privado puede ayudar a restablecer la importancia de la ciudad como segunda en jerarquía del país, recuperar un patrimonio arquitectónico y cultural de primer orden (que incluye la antigua estación del ferrocarril, la antigua aduana, el Hotel Washington, el edificio Wilcox, entre otras joyas de diversa influencia arquitectónica), orientar un ordenamiento estructural más racional del área metropolitana, alcanzar un desarrollo sostenible de sus recursos naturales y turísticos y mejorar las condiciones de vida para todos los estratos de su comunidad. Pese al panorama desolador que las tendencias históricas de los últimos veinte años pueden sugerir, el potencial de Colón para resurgir de las cenizas es extraordinario. (Ver Mapa Nº 1)

Consorcio D&M/HLM/WRT/YEC/PW
Informe Final del Plan Metropolitano
22 de diciembre de 1997
"Plan de Desarrollo Urbano de las Áreas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico"
Ministerio de Vivienda - República de Panamá