PARTE
- II |
PLAN
DE DESARROLLO URBANO |
9.0
PLANIFICANDO PARA CAMBIOS FUTUROS
El acto de planificar
una amplia región urbana para un período de 25 años
involucra, por la naturaleza misma de las complejas variables abarcadas,
un ejercicio en la predicción y estructuración de un futuro
incierto. Siendo éste el caso en países industrializados,
en donde la planificación metropolitana está ya sólidamente
establecida como un proceso aceptado para manejar el desarrollo, lo es
aún más en Panamá -donde se predice un dinámico
cambio en la economía y en donde las tendencias de crecimiento
urbano están determinadas por fuerzas del mercado privado. En Panamá,
no existen muchos precedentes de planificación urbana a largo plazo
ni en gran escala. Este informe condensa y representan el primer intento
de preparar un Plan Estratégico de Desarrollo Urbano para las Áreas
Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico.
Al
contexto de incertidumbre en que se inserta el plan, se suma la dificultad
de determinar las implicaciones de la globalización económica
en el futuro de Panamá, así como el singular impacto
de introducir una amplia superficie de tierras desarrolladas y desarrollables
(las áreas revertidas) al mercado urbano. Las inminentes decisiones
en cuanto al inicio de la construcción del tercer juego de
esclusas y el uso futuro de los terrenos en la Base Aérea de
Howard también tendrán un efecto importante sobre los
planes de desarrollo urbano. |
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Otros factores desconocidos
que tienen grandes implicaciones sociales, espaciales o institucionales
incluyen las actitudes del Gobierno Nacional en cuanto al suministro de
nuevas instalaciones educativas para satisfacer las necesidades creadas
por las proyecciones económicas y de empleo, el nivel de privatización
de la infraestructura de servicios y el momento y la manera en que se
realice el proceso de descentralización de la autoridad hacia los
municipios. Estas y otras decisiones claves están fuera del control
del Ministerio de Vivienda (MIVI), que es la autoridad regente de la planificación
urbana en el país.
Bajo estas condiciones
(las cuales son típicas de los países que atraviesan períodos
de rápida transformación), cualquier plan a largo plazo
debe tener la flexibilidad de aceptar cambios y, al mismo tiempo, brindar
un contexto racional -pero innovador- para la toma de decisiones a corto
y largo plazo.
El diseñar
una estructura y un proceso urbano capaces de aceptar cambios en un contexto
de incertidumbre, ha sido el principal reto en la elaboración del
Plan Metropolitano. El Plan para el año 2020 es una visión
del futuro que responde a objetivos establecidos, a las tendencias actuales
y a las condiciones existentes. Es decir, que no se concibe como un "plan
maestro" tradicional, como una proyección de un estado final
que debe lograrse en su totalidad para que tenga éxito. De hecho,
su éxito sólo podrá juzgarse en términos de
su habilidad para aceptar cambios inevitables y, aún así,
asegurar una respuesta positiva a sus metas propuestas.
En un contexto a largo
plazo, el Plan ha sido diseñado como una respuesta proactiva a
las actuales tendencias y a las futuras oportunidades económicas.
Esto se aplica a las proyecciones económicas y poblacionales, al
igual que a las predicciones derivadas sobre el empleo, la estructura
óptima del mercado de trabajo, las crecientes oportunidades de
entrar al mercado habitacional formal, al grado elevado de provisión
de sistemas ambientales y espacios abiertos, a estándares considerablemente
más altos en cuanto al suministro de sistemas de infraestructura
y a las bases fiscales para el programa de mejoras capitales requerido
por el desarrollo planificado. Esta visión positiva del futuro
establece un marco de desarrollo que permite la flexibilidad para evaluar
y modificar políticas, programas, planes y proyectos a medida que
se dan los cambios.
La disponibilidad
de tierras y su uso en el Plan para el año 2020 también
han sido considerados para reflejar flexibilidad y la necesidad de aceptar
el cambio. Las áreas metropolitanas han sido divididas, para propósitos
de planificación y manejo, en sectores y subsectores con base en
criterios establecidos. El uso del suelo propuesto dentro de estos sectores
refleja políticas derivadas directamente de metas de desarrollo.
La reestructuración del MIVI hacia un papel más activo en
la planificación y el manejo del crecimiento, al igual que la estructuración
institucional y legal propuesta para las áreas metropolitanas con
el fin de apoyar el logro de los objetivos del Plan, se conciben como
procesos dinámicos y en constante evolución.
Un instrumento de
control especialmente diseñado para este proyecto, la "macrozonificación",
propone usos del suelo derivados de estas políticas al nivel de
área, sin determinar futuros usos específicos por lote individual.
Esto representa un tratamiento innovador del manejo de la flexibilidad,
permitiendo a los inversionistas ubicar usos apropiados donde correspondan
en la macrozona.
Si bien el tema subyacente
para el año 2020 es uno de máxima flexibilidad para aceptar
el cambio, para los años 2000 y 2005 -aún manteniendo el
potencial para ser modificados- el Plan es más específico.
Esto se debe, en parte, a que se ha determinado que los patrones de crecimiento
e infraestructura para el año 2000 han sido ya decididos, y que
los proyectos para absorber el crecimiento futuro están, en muchos
casos, en proceso de diseño o construcción. Las opciones
para el año 2005, en cambio, son un poco más flexibles,
y aunque la aplicación de las estrategias del Plan no mostrarán
aún un efecto absolutamente claro, el Plan especifica medidas particulares
de implementación para impulsar la evolución. De esta manera,
el cambio gradual -manejado siempre dentro del contexto de la visión
del año 2020- puede ser dirigido progresivamente hacia el logro
de objetivos y metas de desarrollo a largo plazo.
El Plan que se describe
en las siguientes secciones, con modificaciones dictadas por las condiciones
cambiantes a lo largo del tiempo, ha sido concebido para funcionar como
una valiosa herramienta administrativa en el logro de mejoras metropolitanas
a gran escala, en un clima incierto de cambio dinámico. Las fases
de desarrollo propuestas, junto con una amplia gama de técnicas
para implementar el Plan, se describen en el capítulo 15.0.
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